Elegir un perfume no es solo oler y decidir. Es conocerte. Es responder preguntas clave.
1. ¿Qué emociones quieres despertar?
¿Sensualidad? ¿Frescura? ¿Confianza? Cada nota transmite una cosa distinta.
2. ¿Cuándo lo vas a usar?
No es lo mismo un perfume diario que uno para ocasiones especiales. Algunos son piel. Otros, escena.
3. ¿Qué notas te hacen sentir “tú”?
Vainilla, madera, cítricos, flores blancas…
Tu piel y tus recuerdos ya tienen una afinidad natural.
4. ¿Cuándo lo vas a usar?
Ahí decides intensidad, estela, personalidad.
Nuestro consejo: Prueba perfumes en tu piel, no en tiras. Y déjalos evolucionar. El aroma real llega con el tiempo.
Un aroma para cada momento especial
El primer café con alguien especial
Ese instante íntimo en el que las miradas hablan y el tiempo se detiene.
Aquí encajan notas dulces y acogedoras: caramelo, vainilla, leche caliente.
Como un abrazo suave, como un inicio que promete.
Un atardecer en la ciudad
Luces encendidas, brisa suave, pasos sin prisa.
Notas ambaradas, maderas claras, un toque floral elegante.
Algo que acompañe sin imponerse. Que hable de ti sin gritar.
Una noche para celebrar
Cuando sabes que todo puede pasar.
Notas intensas: vainilla oscura, pachulí, almizcle.
Profundas, magnéticas. Para dejar huella en el aire y en la memoria.
El perfume no solo acompaña. A veces, crea el recuerdo.